MIS LIBROS (Para adquirir cualquiera de mis libros escribir a huellasjudias@gmail.com)

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viernes, 24 de julio de 2009

HUELLAS JUDÍAS EN SANTIAGO

(Foto: S.Trancón)
He pasado unos días en Santiago de Compostela. Siempre me ha impresionado el Obradoiro, San Francisco, San Martín... Tantas y tantas iglesias, retablos de un delirio barroco desbordado, una muestra apabullante del poder de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, que permitió, a través del arte, desarrollar la imaginación de arquitectos, escultores y pintores hasta cumbres insuperables.

Cuando llegué a la catedral, al caer la tarde, empezó a sonar el órgano y se inició una misa cantada, oficiada por el arzobispo compostelano. Aunque mantienen cierta solemnidad, las ceremonias actuales no son más que un pálido reflejo de lo que yo presencié de niño, una procesión de obispos y cardenales entrando por el Pórtico de la Gloria, con grandes cruces, palio y velones, bajo las voces del canto gregoriano, cuando la misa todavía se cantaba en latín. A su vez, esta ceremonia paleofranquista sin duda carecía del empaque y la imponente teatralidad de las celebraciones medievales y barrocas. Hay que imaginar la piedra gris que ahora vemos, pintada de vivos colores, toda la catedral una llamarada de inimaginables resplandores, claroscuros, filigranas y abstracciones geométricas. Como contraste, las retorcidas columnas cargadas de racimos y los inmensos angelotes desnudos sosteniendo el retablo central, con caras orientales que recuerdan las gigantescas figuras de Buda.

Lo del botafumeiro balanceándose de rosetón a rosetón, trazando el brazo de la cruz de las naves, es un resto de aquella imponente gestualidad. Que se usara para contrarrestar los malos olores de los peregrinos que dormían en las galerías de la catedral me parece una leyenda. Creo que no es más que una forma exagerada de ritualizar la quema de incienso, el humo blanco que -a través de un incensario gigante, que parece movido por las manos de un atlante invisible- se eleva hacia el cielo, como las almas puras.

Pero lo que más me ha impresionado esta vez, no ha sido comprobar que Santiago sigue siendo una ciudad única, cargada de una energía poderosa, melancólica y oscura, que puede llegar a aturdir, sino el descubrir la historia soterrada de los criptojudíos de la ciudad. Frente al poder omnipresente de la Iglesia, es increíble que se haya asentado, en el entramado de calles que rodean la catedral (Azabachería, Platerías...), una rica comunidad judía medieval, que tuvo que ocultarse o huir a partir del siglo XV. Lo sorprendente es encontrar hoy huellas de esta presencia, cinco siglos después de que la Inquisición impusiera su ley de hoguera, sambenitos y galeras.

En la calle de Troya, cerca de Azabachería, descubrí una panadería que me dejó desconcertado. En un pequeño escaparate aparecían unos cartelitos, escritos con una letra primorosamente trazada, sobre una serie de productos. No sólo se explicaba en ellos el “pan de los muertos”, sino el “pan ácimo”, el “pan de Challah o de J’alá”, “las orejas de Hamán”... Encima de un pan trenzado se podía leer: “Pan de Challah o J’alá, pan judío para el sabbath, las tres ramas de la trenza simbolizan: LA VERDAD, LA JUSTICIA Y LA PAZ, en tanto que el acabado de semillas de amapola representa el maná, caído del cielo. Para las celebraciones del año nuevo judío Rosh Hashanah se prepara un pan en forma de espiral. Su forma redonda simboliza la continuidad”.

También se podía leer un proverbio ladino: “Lo que comiste o no comiste no importa, lo que importa es que te sentaste a la mesa”.

Lleno de curiosidad entré en la tienda y le pregunté a la dueña -una mujer alta y fuerte, llamada Bernarda-sobre todos esos productos judíos. De modo brusco me preguntó: ¿Tú eres judío? Yo, sorprendido, le respondí que no, pero que me interesaba mucho la historia de los judíos y conversos de España, que estaba realizando un trabajo sobre el tema. Le comenté que no sabía que en Galicia se amasaran esos dulces llamados “orejas”, como en León, y que sin duda ese nombre prevenía del dulce judío llamado “orejas de Hamán” (relacionado con la historia de Esther), y que aparecía al lado. La reacción de la mujer fue lo que más me intrigó: ¡me miró como si yo fuera un espía de la Inquisición! Empezó a contradecirme, dijo que no, que también se hacían orejas en el norte de Italia, que la repostería y la panadería tenían influencias de todo el mundo. Que ella no era judía, ni su madre, aunque hacía un “mazapán” sin levadura... (La palabra "mazapán" se usa en León para referirse a una especie de bizcocho, y proviene de matzá-pan; matzá es la palabra hebrea utilizada para nombrar el pan ácimo o sin levadura). “Pero por qué tiene esos panes y dulces judíos ahí”, le pregunto... “Están sólo de exposición, no se venden”... Y continuó con el mismo tono: “Supuestamente estamos en el barrio judío, por el nombre de las calles, los soportales... Ahí al lado está la iglesia de San Miguel, que dicen que era una sinagoga, y la calle de Jerusalén, pero...”

Leí entonces en la pared un texto sobre los “nuevos cristianos”, copiado de no sé qué libro, en el que se comparaba el proceso de siembra del trigo hasta la elaboración del pan, con el proceso de conversión cristiana, y acababa la alegoría explicando cómo los que habían nacido fuera del bautismo debían someterse a trituración, ser molidos para formar parte de la masa del Cuerpo de Cristo, o sea, la Iglesia, cuyo fermento o levadura era la fe. No entendía nada. ¿A santo de qué colocaba toda esta literatura por la pared y el escaparate de la tienda? ¿Era una conversa renegada, llena de contradicciones? ¿O criptojudía y aquello una forma sutil de protesta?

Al día siguiente volví, después de enterarme por la página de internet de la panadería (http://www.atroia.com/) que vendía pastas de hibisco, de jazmín, rosa, tomillo...Le pregunté qué pastas me aconsejaba, si la de jazmín, la de pétalos de rosa... A mí esas no me gustan, me dijo sin más miramientos. La de semillas de amapola, sí. Me puso cien gramos, me cobró una barbaridad y cuando yo le comenté que la elaboración de estas pastas sería fruto de una larga tradición, ella, de modo taxativo, me dijo que las había inventado ella... Que no iba a contarme una película para quedar bien, que ésa era la verdad... Y que si buscaba repostería “hebraica” la podía encontrar en Ribadavia...

Observé la bolsita de papel, en que me sirvió las pastas, y en ella no aparecía ni el nombre de la panadería ni dirección alguna, pero por arriba había una cenefa en cuyo centro se veía una extraña cruz echa con dos cuadrados cruzados. Pero si uno se fijaba bien, podía ver las puntas de una cruz de David doble, entremezclada en el interior de un cuadrado. Por debajo figuraba otro motivo que a primera vista parecían espigas alineadas, pero que en realidad eran “menorás”, candelabros de siete brazos...

Pienso ahora que esta extraña reacción refleja muy bien la paranoia de los conversos, que este modo de hablar y de comportarse es fruto de una larga tradición de ocultamientos, miedos, prevenciones y contradicciones. Lo inquietante es comprobar que hoy, después de tantos siglos, alguien pueda seguir comportándose como en el siglo XVI, cuando el manifestar los orígenes judíos se supone que ya no comporta peligro alguno. ¿O quizás sí? Al hablar con esta mujer comprendí de golpe la compleja psicología del converso. Afirmar y negar a la vez, ser y no ser, aceptar y rechazar... Esto es lógica y mentalmente imposible, pero muy posible en la vida, en los sentimientos, en el modo de comportarse y de hablar.

Comprobé luego que la iglesia de San Miguel de al lado, en efecto, se asentaba sobre una antigua sinagoga, porque su orientación norte-sur no podía tener otro origen. También me gustó ver plantado un olivo en medio de la Ruela de Jerusalén. O los dos agujeros donde estuvo una “mesusá” en la jamba derecha de granito de una casa, tapados con un taco de madera. Y la Rúa de los Bautizados...

Huellas de una presencia de más de dos mil años que aún hoy se pueden descubrir por los rincones más insospechados e insólitos de nuestra geografía. No sólo en las grandes ciudades, sino en pueblos perdidos, como Peranzanes y Guímara, en los Ancares leoneses, donde el gremio de vendedores ambulantes (trajineros, albarderos, guarnicioneros, arrieros...) de origen judío, hasta tenía una jerga particular, el burón...

7 comentarios:

José Luis Muñoz dijo...

Apasionante, Santiago, tu labor detectivesca por la judería de Santiago de Compostela. La ciudad tiene magia y lo que relatas es apasionante.
Yo, hace un año justo, descubrí un detalle que me sorprendió en la catedral. Una de las esculturas que adornan su fachada es la de Isabel la Católica, figurando al lado de santos, algo que resulta bastante insólito en una iglesia católica. Pero quien está a su lado no es Fernando, su esposo, sino Cristobal Colón. Unidos para la eternidad en la fachaba del Obradoiro, sus esculturas alimentan la fantasía de que entre ambos hubo más que una amistad.

Anónimo dijo...

Es maravillosoque alguien se tome su tiempo

para mostrar lo que durante siglos se quiso ocultar.

San benitos...aun los llevan en medallas.

Mentiras y ocultamiento.

El Ladino dará muchas pistas ,encontraras tanto!!!!!

Luego vendrá un libro...y muchos dirán:Mentira

Estela Seg dijo...

Este espacio realmente hace pensar.

Recuerdo épocas de silencio,algo parecido

a ..:Aquí no paso nada.Me interesa el tema

y en la forma que lo describe e investiga.

Tener memoria y aprender,nos obliga a pensar.

Gracias por los datos interesantes.

Buscare material ,quiero saber mas.

Gracias. Estela Seg

Liliana Lucki dijo...

Sentarse a la mesa.

Hacer pensar.

Contar simplemente la historia.

Dejar los miedos de lado.

Aprender del pasado.

Enseñar a recuperar lo que tal vez ...

fue parte de nustro pasado??????

Investigar,nadie lo obligay es grandioso .

Conocer los posibles orígenes.

Sefaradim: Ellos pueden dar mucha información.

Especial es este blog,provoca al pensamiento

positivo,

Anónimo dijo...

Vídeo Yehoram Gaon - 'Avre tu puerta - Canción Sefaradí ... - 08:21
Yo no soy Sefaradi y el ladino (antiguo espaniol) suena mas bonito que el actual castellano. Conserva cierta similitud con el italiano. ...
www.videos.es/.../yehoramgaon-avretupuerta-canci243nsefarad237- sephardicsong-(_j2Y7SiKjI0 - En caché - Similares -

Una muestra de cultura medieval.MARRANA

Stella Maris Torres dijo...

Os diré:España ha sido grande.

Epocas de oro.

Miles de años y poca sapiencia.

Anónimo dijo...

He entrado por casualidad en este enlace y me he quedado de piedra, cuando leo que ha estado en la panaderia "La Troida" de Santiago de Compostela, propiedad de una compostelana, más gallega que el Apostol y me encuentro con unos comentarios totalmente racistas y fuera de lugar de un señor que la tacha como judia, que si lo fuera cual sería el mal, pero no los es. Este señor se base en escritos y modelos de panes que esta señora tiene en su establecimiento, llegando a sacar su propia conclusión y tachandola casi como de una criminal, pero vamos a ver hombre, yo por sus comentarios podia tacharlo a Vd. de nazi, y no lo hago. Así que, conclusión no vaya por el mundo de sabelotodo porque creo que es Vd. un poco fantasma y no vuelva a poner en su boca comentarios referentes a esta señora, porque el merito de esta mujer es haberse hecho a si misma, partiendo desde abajo y ya quisiera Vd. tener la preparación que ella tiene, sin tanto titulito como los que Vd. presume tener. Atte. otra gallega orgullosísima de serlo y de contar entre nosotros los gallegos con D· Bernarda. AH!!! y no es alta y fuerte, es alta y gorda, como a ella misma le gusta reconocerse.